ME RECUERDA A LOS TRIBUNALES DEL SANTO OFICIO

No quiero ni imaginarme hacia dónde puede caminar este país con personas como la Presidenta de la Comunidad de Madrid. Cómo es posible que en los hospitales públicos una confesión religiosa decida sobre las decisiones que deben tomar los médicos, al amparo de las Leyes de las que se ha dotado en un país democrático. Cómo es posible que los curas tomen parte en la decisión sobre la conveniencia de los cuidados paliativos a enfermos o sobre si una mujer violada debe o no abortar, mediante un convenio entre la derecha más conservadora en el poder político y la derecha más reaccionaria de la iglesia católica.

Me parece de una gravedad sin límites que los curas tengan voz y voto para hurtar la decisión de los enfermos sobre su derecho a no padecer dolor, me parece inaceptable su intervención para robar el derecho que asiste a una mujer víctima de una violación para decidir si quiere abortar, les guste o no, este es uno de los supuestos de la despenalización del aborto. Y sólo puedo entender esta intromisión de la iglesia católica, de hecho y no de púlpito, en las cuestiones que sólo afectan a las decisiones personales al amparo de las Leyes Civiles y los criterios médicos, si se ignoran desde la Constitución hasta las Leyes que desarrollan estos derechos, sólo bajo el convencimiento de que sigue siendo la iglesia la que tiene el monopolio de la moral. (Aunque su historial no sea un aval). Es perverso, primero el derribo de los médicos del Hospital de Leganés y ahora esta trampa para volver a situar las leyes de la iglesia, de una de las iglesias, por encima de las leyes civiles de las que nos hemos dotado los hombres y las mujeres, más allá de las creencias religiosas, los miedos, las supercherías o los intereses. No podemos permitirlo, esta sociedad no puede permitirse desandar el camino. Ahora empiezo